21- 1954 'Una joven trapera subida en su carro recogiendo un cubo de basura en la Plaza de Santa Cruz'

DISPONIBLE
100,00 €

Acuarela:

lámina (36x26 cm)

 

(desaparecieron en los Setenta)

 

   Los traperos o ropavejeros eran gente pobre con un ingenio especial para ganarse la vida recogiendo desechos (trapos, papel, chatarra) con su distintivo sonido de "chiflo", su burro y su carreta. Tenian sus clientes fijos a los que cobraban una especie de iguala.

   Solían tener casas con patio grande donde volcaban la busca (la basura) que toda la familia separaba en diferentes espacios dedicados: hierro, aluminio,cobre,bronce, papel, cartón,trapo, medias de naylon, cristal, y tantas otras que llegaban revueltas.

  El carbón y la carbonilla se recogía aparte para los edificios que tenían calderas de este tipo. Apartaban los trozos sin usar, luego los que estaban a medio quemar que se cribaban y se vendían más barato como carbonilla y el resto, escoria, lo distribuían por las calles para hacer firme.

Características y anécdotas comunes:

  • El "Chiflo" o "Chirimía": Silbato de madera con un sonido único, que usaban para anunciar su llegada por los barrios antes del amanecer.

  • La "Carreta-Taller": Carromatos con una rueda grande y herramientas para reparar objetos in situ (afilados, remaches) y un recipiente de agua; como pequeños talleres ambulantes.

  • La Recogida de Basura: Antes de que el servicio municipal fuera regular, los traperos eran los encargados de recoger los desechos de las casas, clasificando y vendiendo lo que podían reutilizar.

  • El Intercambio: A veces, a cambio de la basura o por Navidad, los traperos dejaban pequeños regalos como pollos a las familias que atendían.

  • El "Tesoro" en la Basura: En tiempos de miseria, los desechos contenían "tesoros" (ropa, zapatos, libros), y lo que unos tiraban, para ellos era sustento.

  • El Legado: Aunque la actividad como la conocieron desapareció, hoy sobrevive en organizaciones como los "Traperos de Emaús", que recogen donaciones para fines sociales, y el término persiste para hablar de personas que dan una segunda vida a objetos usados. 
  • La Sabiduría Animal: Anécdotas como la de las mulas de los traperos, que solas sabían el camino desde Leganés hasta Madrid.

  • El Trabajo Invisible: Relatos sobre molinos papeleros donde el duro trabajo de los hombres que golpeaban trapos con batanes hacía posible libros como El Quijote, una historia que ellos desconocían.